Saturday, April 11, 2015

¡Ay de vosotros!, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres.



Zion y Jerusalem,  Sabado 11 de Abril del 2015

 




Lucas 11:47

 ¡Ay de vosotros!, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres.


Cuando la gente ya no tiene confianza en sus lideres seculares y religiosos los asuntos de un pueblo, de una ciudad o de una nación se desenfrenan y es un presagio de eminente destrucción salvo que se arrepientan.  Repito, tal pueblo, ciudad o nación esta madurando en la iniquidad y prestos a ser aniquilados o destruidos como civilización como hasta entoces a sudcedido en estas tierras de promision.


2 Nefi 13:5

Y el pueblo se hará violencia unos a otros, y cada cual contra su prójimo. El niño se portará altivamente con el anciano, y el villano contra el noble.

 Compare con Isaias 3:5







Y eso sucede casi inevitablemente porque la gente no busca el consejo del Señor, sino que se apoya en su propia sabiduría y consejo y niegan a Dios.  Esto fue exactamente lo que sucedió al principio, si cuando Enoc predicaba en lugares altos y ente quien muchos se ofendian; si, antes del establecimiento de la ciudad de Zion y la destrucción por las aguas del gran diluvio en los días de Noe; y de lo cual tenemos un registro sagrado que dice. 



Y Enoc continuó sus palabras, diciendo: El Señor que habló conmigo es el Dios del cielo; y es mi Dios y vuestro Dios, y vosotros sois mis hermanos; y ¿por qué os aconsejáis vosotros mismos y negáis al Dios del cielo?

(Perla de Gran Precio | Moisés 6:43)




Y sucedió que Enoc salió por la tierra, entre el pueblo, y subía a las colinas y a los lugares altos y clamaba en voz alta, testificando en contra de sus obras; y todos los hombres se ofendían por causa de él. Y salían a escucharlo, en los lugares altos, y decían a los que guardaban las tiendas: Quedaos aquí y cuidad las tiendas mientras vamos allá para ver al vidente, porque profetiza, y hay una cosa extraña en la tierra; ha venido un demente entre nosotros.

Y aconteció que cuando lo oyeron, ninguno puso las manos en él, porque el temor se apoderó de todos los que lo oían; porque andaba con Dios.

(Perla de Gran Precio | Moisés 6:37 - 39)




Y el Señor ordenó a Noé según su propio orden, y le mandó que saliese a declarar su evangelio a los hijos de los hombres, tal como fue dado a Enoc. Y aconteció que Noé exhortó a los hijos de los hombres a que se arrepintieran; pero no hicieron caso de sus palabras;  y también, después de haberlo escuchado, vinieron ante él, diciendo: He aquí, nosotros somos los hijos de Dios; ¿no hemos tomado para nosotros a las hijas de los hombres? ¿No estamos comiendo, bebiendo, y casándonos y dando en casamiento? Nuestras esposas nos dan hijos y éstos son hombres poderosos, semejantes a los hombres de la antigüedad, varones de gran renombre. Y no hicieron caso de las palabras de Noé.

Y Dios vio que la iniquidad de los hombres se había hecho grande en la tierra; y que todo hombre se ensoberbecía con el designio de los pensamientos de su corazón, siendo continuamente perversos.

Y sucedió que Noé continuó su predicación al pueblo, diciendo: Escuchad y dad oído a mis palabras;  creed y arrepentíos de vuestros pecados y bautizaos en el nombre de Jesucristo, el Hijo de Dios, tal como nuestros padres, y recibiréis el Espíritu Santo, a fin de que se os manifiesten todas las cosas; y si no hacéis esto, las aguas vendrán sobre vosotros. Sin embargo, no escucharon.

(Perla de Gran Precio | Moisés 8:19 - 24)




Pero muy pocos fueron los que escucharon. Y vemos como todas las cosas son establecidas entre dos o mas testigos, y esto me aflige porque nosotros estamos siguiendo exactamente o al pie de la letra el mismo patrón de los que fueron destruidos antes de nosotros.  Por lo tanto los que rechazan el mensaje de los profetas son verdaderamente maldecidos porque amontonan maestros o analistas para si mismos como cuando ocurre una crisis en la que el gobierno y sus policías persiguen y matan injustificadamente a sus ciudadanos como vemos en las noticias.



Y luego de ello, como con vejación de espíritu, casi todos tratan de discutir el porque, aprendiendo de esto y de aquello, de aquel y de este,  en busca de las respuestas, pero al final de cuentas, nunca llegan al conocimiento de la verdad.  Y en el tumulto de palabras todos se faltan al respeto, si el joven se porta altivo con el anciano, y el villano contra el noble. Se pierde el respeto por la ley o el orden y quienes la ejecutan.



2 Timoteo 4:3

Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina; sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,







Esto sucede solo después de mucha longanimidad procedente de Dios; y no sucede sin antes haber habido una amplia y detergente advertencia por parte de los mensajeros de Dios. Porque El Espíritu de Dios ha cesado de contender contra esa persona, pueblo, ciudad o nación.  Y cuando eso sucede; hay, hay, hay de tal pueblo, ciudad, nación o civilización. Porque en la ausencia del Espíritu de Dios, la gente es invadida por espíritus de Demonios hasta que son vencidos por ellos.  Por lo tanto, se intensifica la contención hasta que el orden de gobierno es destruido.   Y cuando la maldición les llueve por no haberse arrepentido, la tierra es severamente maldecida, y les sobreviene una presta destrucción, pero no sin antes habérseles desvanecido o  perdido sus riquezas y haber sigo flageados con pestilencia, espada y toda forma o clase de desolación hasta que la sociedad se fragmenta en tribus o clanes como sucedió al pueblo Nefita y Lamanita.   




Asesinan al juez superior, destruyen el gobierno, y el pueblo se divide en tribus—Jacob, un anticristo, llega a ser rey de una confederación de tribus—Nefi predica el arrepentimiento y la fe en Cristo—Ángeles le ministran diariamente y él levanta a su hermano de los muertos—Muchos se arrepienten y son bautizados.




AHORA bien, he aquí, os mostraré que no establecieron rey en la tierra; pero en este mismo año, sí, en el año treinta, destruyeron sobre el asiento judicial, sí, asesinaron al juez superior de la tierra.

Y hubo división entre el pueblo, unos en contra de otros; y se separaron los unos de los otros en tribus, cada hombre según su familia y sus parientes y amigos; y así destruyeron el gobierno de la tierra.

Y cada tribu nombró a un jefe o caudillo para que la gobernase; y así se convirtieron en tribus y jefes de tribus.

Y he aquí, no había hombre entre ellos que no tuviese mucha familia y muchos parientes y amigos; por tanto, sus tribus llegaron a ser sumamente grandes.

Y se hizo todo esto, y aún no había guerras entre ellos; y toda esta iniquidad había venido sobre el pueblo porque se había entregado al poder de Satanás.

 Y fueron destruidos los reglamentos del gobierno, debido a las combinaciones secretas de los amigos y parientes de aquellos que habían asesinado a los profetas.

Y causaron una fuerte contención en la tierra, al grado de que casi toda la parte más justa del pueblo se había vuelto inicua; sí, entre ellos no había sino unos pocos hombres justos.

Y así, no habían transcurrido ni seis años, cuando ya la mayor parte del pueblo se había apartado de su rectitud, como el perro que vuelve a su vómito, o la puerca a revolcarse en el fango.

Y los de esta combinación secreta, que habían traído tan grande iniquidad sobre el pueblo, se reunieron y pusieron a la cabeza de ellos a un hombre que llamaban Jacob;
 y lo llamaron su rey; por tanto, quedó constituido en rey de esta banda perversa; y era uno de los principales que habían alzado la voz contra los profetas que testificaron de Jesús.

Y sucedió que no eran tan fuertes en número como lo eran las tribus del pueblo, que se mantenían unidas, salvo que eran sus jefes los que establecían sus leyes, cada cual según su tribu; no obstante, eran enemigos; pero a pesar de que no eran una gente justa, estaban unidos, sin embargo, en su odio por los que habían hecho pacto para destruir el gobierno.



Esto lo digo según las profecías de Samuel el Laminita.  Donde por mandado y expresa dirección de Dios el amonesto a su pueblo con mano y voz extranjera como yo, dicienddo:




Y SUCEDIÓ que en el año ochenta y seis persistieron los nefitas todavía en sus maldades, sí, en gran iniquidad, mientras que los lamanitas se esforzaron rigurosamente por guardar los mandamientos de Dios, según la ley de Moisés.

Y aconteció que en este año un tal Samuel, un lamanita, llegó a la tierra de Zarahemla y empezó a predicar al pueblo. Y ocurrió que por muchos días predicó el arrepentimiento al pueblo, y lo echaron fuera, y se hallaba a punto de regresar a su propia tierra. Mas he aquí, vino a él la voz del Señor de que volviera otra vez y profetizara al pueblo todas las cosas que le vinieran al corazón.

Y aconteció que no permitieron que él entrase en la ciudad; por tanto, fue y se subió sobre la muralla, y extendió la mano y clamó en alta voz, y profetizó al pueblo todas las cosas que el Señor le puso en el corazón.

Y les dijo:

He aquí, yo, Samuel, un lamanita, declaro las palabras del Señor que él pone en mi corazón; y he aquí, él me ha puesto en el corazón que diga a los de este pueblo que la espada de la justicia se cierne sobre ellos; y no pasarán cuatrocientos años sin que caiga sobre ellos la espada de la justicia.

Sí, una grave destrucción espera a los de este pueblo, y ciertamente les sobrevendrá, y nada puede salvar a los de este pueblo sino el arrepentimiento y la fe en el Señor Jesucristo, que de seguro vendrá al mundo, y padecerá muchas cosas y morirá por su pueblo.

Y he aquí, un ángel del Señor me lo ha declarado, y él impartió alegres nuevas a mi alma. Y he aquí, fui enviado a vosotros para declarároslo también, a fin de que recibieseis buenas nuevas; pero he aquí, no quisisteis recibirme.

Por tanto, así dice el Señor: Debido a la dureza del corazón del pueblo de los nefitas, a menos que se arrepientan, les quitaré mi palabra, y les retiraré mi Espíritu, y no los toleraré más, y volveré el corazón de sus hermanos en contra de ellos. Y no pasarán cuatrocientos años sin que yo haga que sean heridos; sí, los visitaré con la espada, y con hambre, y con pestilencia. Sí, los visitaré en mi ardiente ira, y habrá algunos de la cuarta generación, de vuestros enemigos, que vivirán para presenciar vuestra completa destrucción; y esto de seguro sucederá, a menos que os arrepintáis, dice el Señor; y los de la cuarta generación causarán vuestra destrucción.

Pero si os arrepentís y os volvéis al Señor vuestro Dios, yo desviaré mi ira, dice el Señor; sí, así dice el Señor: Benditos son los que se arrepienten y se vuelven a mí; pero ¡ay del que no se arrepienta!

(Libro de Mormón | Helamán 13:1 - 11)






Sí, he aquí, la ira del Señor ya está encendida contra vosotros; he aquí, él ha maldecido la tierra por motivo de vuestra iniquidad.

Y he aquí, se acerca la hora en que maldecirá vuestras riquezas, de modo que se volverán deleznables, al grado que no las podréis conservar; y en los días de vuestra pobreza no las podréis retener. Y en los días de vuestra pobreza, clamaréis al Señor; y clamaréis en vano, porque vuestra desolación ya está sobre vosotros, y vuestra destrucción está asegurada; y entonces lloraréis y gemiréis en ese día, dice el Señor de los Ejércitos; y entonces os lamentaréis y diréis:

 ¡Oh, si me hubiese arrepentido, y no hubiese muerto a los profetas, ni los hubiese apedreado ni echado fuera! Sí, en ese día diréis: ¡Oh, si nos hubiésemos acordado del Señor nuestro Dios el día en que nos dio nuestras riquezas, y entonces no se habrían vuelto deleznables para que las perdiéramos; porque he aquí, nuestras riquezas han huido de nosotros!

 ¡He aquí, dejamos aquí una herramienta, y para la mañana ya no está; y he aquí, se nos despoja de nuestras espadas el día en que las hemos buscado para la batalla!

Sí, hemos escondido nuestros tesoros, y se nos han escurrido por causa de la maldición de la tierra.

 ¡Oh, si nos hubiésemos arrepentido el día en que vino a nosotros la palabra del Señor! Porque he aquí, la tierra está maldita, y todas las cosas se han vuelto deleznables, y no podemos retenerlas.

He aquí, nos rodean los demonios; sí, cercados estamos por los ángeles de aquel que ha tratado de destruir nuestras almas. He aquí, grandes son nuestras iniquidades. ¡Oh Señor!, ¿no puedes apartar tu ira de nosotros? Y éstas serán vuestras palabras en aquellos días.

Mas he aquí, vuestros días de probación ya pasaron; habéis demorado el día de vuestra salvación hasta que es eternamente tarde ya, y vuestra destrucción está asegurada; sí, porque todos los días de vuestra vida habéis procurado aquello que no podíais obtener, y habéis buscado la felicidad cometiendo iniquidades, lo cual es contrario a la naturaleza de esa justicia que existe en nuestro gran y Eterno Caudillo.

 ¡Oh habitantes del país, oh, si escuchaseis mis palabras! Y ruego que se aparte de vosotros la ira del Señor, y que os arrepintáis y seáis salvos.

(Libro de Mormón | Helamán 13:30 - 39)






Por lo tanto, siguiendo el guión de el tercer capitulo del libro de Isaias, vislumbramos en ascuas la fase en la que ahora estamos o vivimos como sociedad.  Y por lo general, la ultima faceta de una sociedad discordante, malcontenta e indignada donde la ruina total es inevitable, sin haber confianza en la ley, control y orden, se desata la tormenta o plaga de división, revolución, anarquía y caos. Y cuando eso sucede,  sálvese quien pueda.  Y bajo esas precisas o precarias circunstancias desesperantes, la gente toma del brazo de un pseudo lider como un ex clérigo religioso, un ex policía, un ex juez, un ex soldado, un ex doctor, etc,  rogándole y hasta forzándolo a que tome la batuta y nos salve del espantoso presagio. Porque en el sosiego y anciedad social y existencial en que vivimos, nuestras expectativas aumentan, y empezamos a delirar o a buscar un lider o tipo mesias que ponga orden y haga sentido y arregle la ruina en la que vivimos.  Pero el justo huira de ellos y les dira: Quien soy yo para que me busqueis a mi?  Yo soy un don nadie, no me escojáis a mi, porque en mi casa ni siquiera hay pan ni que vestir, por lo tanto no me hagáis gobernador de esta gran ruina. 


Isaías 3:6

Cuando alguno tome a su hermano, de la familia de su padre, y le diga: tienes manto; serás nuestro gobernante, y toma en tus manos esta ruina;

No seré el sanador, pues en mi casa no hay ni pan ni qué vestir; no me hagáis gobernante del pueblo.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 13:7)





Y a quien escoja la gente para que los gobierne en los tiempos de ruina, si, el que no es justo jurara pero en vano, sin levantar su mano como invalidando el juramento tal y como sucedió cuando se Juramento Obama por primera vez, que el juramento fallo o no se efectuó como solía acostumbrarse porque se les trabo la lengua.  Un presagio espantoso que la maldición ya estaba sobre nosotros, rindiendo el efecto que el colapso de la nación es inminente y la recuperación o expectativa de restauración es incapaz o insolvente.  Por lo tanto, como en los días de Sión y de Jerusalén, la nación quedara arruinada o en bancarrota hasta su decaimiento.  De lo cual la escritura habla desde el polvo y manifiesta nuestra condición diciendo:



Pues arruinada está Jerusalén, y Judá caída; porque sus lenguas y sus obras han sido contra el Señor para provocar los ojos de su gloria. La apariencia de sus rostros testifica en contra de ellos, y publica que su pecado es como el de Sodoma, y no lo pueden ocultar. ¡Ay de sus almas!, porque han allegado el mal para sí mismos.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 13:8 - 9)




Ahora bien, que esta pasando. En la antigüedad no muy lejana, podremos recordar que a el maestro se le respetaba, al doctor se le honraba, y al gobernador se le reverenciaba por su distinguida profesión. Y a estos eruditos, grandes y nobles buscábamos para ponerlos en los puestos altos de la sociedad porque su éxito nos atraía.  Y por lo tanto, ellos o sus profesiones eran nuestros iconos, si nuestros ejemplos a seguir y por ellos mediamos nuestros propio progreso o decadencia.  Pero eso fuerno buenos tiempos que no volveran.  Que vemos ahora? Corrupcion absoluta.




  • Helamán 7:4

    Y al ver al pueblo en un estado de tan terrible iniquidad, y que aquellos ladrones de Gadiantón ocupaban los asientos judiciales —habiendo usurpado el poder y la autoridad del país, pasando por alto los mandamientos de Dios y en ningún sentido siendo rectos ante él, negando la justicia a los hijos de los hombres,

condenando a los justos por motivo de su rectitud, dejando ir impunes al culpable y al malvado por causa de su dinero; y además de esto, siendo sostenidos en sus puestos, a la cabeza del gobierno, para regir y obrar según su voluntad, a fin de obtener riquezas y la gloria del mundo, y además, para más fácilmente cometer adulterio, y robar, y matar, y obrar según sus propios deseos—; y esta gran iniquidad había sobrevenido a los nefitas en el espacio de no muchos años; y cuando Nefi vio esto, su corazón se llenó de dolor dentro de su pecho, y exclamó con la angustia de su alma:

¡Oh, si hubiese vivido en los días en que mi padre Nefi primero salió de la tierra de Jerusalén, para haberme regocijado con él en la tierra de promisión! Entonces su pueblo era fácil de persuadir, firme en guardar los mandamientos de Dios, y tardo en dejarse llevar a la iniquidad; y era pronto para escuchar las palabras del Señor.

Sí, si hubiesen sido aquellos días los míos, entonces mi alma se habría regocijado en la rectitud de mis hermanos.

Pero he aquí, es mi comisión que éstos sean mis días, y que mi alma sea llena de angustia por la iniquidad de mis hermanos.

(Libro de Mormón | Helamán 7:5 - 9)




Pero ahora ya no es asi.  Cuando el rio suena, es porque arrastra piedras. Ahora parecer ser que, el criminal, delincuente y terrorista esta en el puesto mas alto gobierno, dictando y ejecutando leyes.  El violador, adultero, pedofilo y el  homosexual o inmoral gobierna a los maestros y dicta los textos y currículos de las escuelas donde nuestros niños y jóvenes atienden y aprenden.  Y el asesino despiadado que descuartiza a los inocentes y envenena nuestras mentes es nuestro doctor de cabecera.  Y por si fuera poco, las remeras o los que se venden por dinero son nuestros astros y estrellas de éxito a emular y seguir.  El pecado se manifiesta en sus rostros ellos no se pueden desprender de lo malo porque lo acarrean como con yunta de bueyes.  Es decir tenemos por maestros y guías a los ciegos; si a lo que a lo malo llaman bueno y a lo bueno llaman malo.  Y esto no es todo. Nuestra sociedad se ha vuelto letárgica e indolente por causa de la lascivia, las hechicerías, los juegos de azar, las drogas, la comanda y el atuendo dis que finísimo.  



Rand Paul a la prensa: 

Preguntenle a los Democratas Si esta bien matar a un bebe de 7 lbss






Wasserman Shultz respondio a Rand Paul diciendo:

Aqui esta una respuesta: Yo apoyo dejar que las mujere y sus doctores hagan esta decision sin el envolvimiento del gobierno y punto. Find de la historia>

 Y como el los días de los gladiadores, antes o en el decaimiento y la destrucción de los grandes imperios, los estadios se llenan de aquellas cosas que nos atraen carnalmente y hacen relucir nuestras mas bajas pasiones. Si, y no solo los estadios, sino la televisión con todos sus gladiadores se ha ganado casi nuestra completa atención.   


 
En otras palabras, estamos perdidos en la arena, consumiéndonos en la diversión como si no hubiera mañana. El profeta Isaías vio nuestro día con pelos y señales. El vio nuestros oráculos, si las pantallas de cine y de televisión que acaparan nuestra completa atención y las cosas que malgastan nuestro tiempo.  Y lo llamo, un oráculo de la visión concerniente a la arena de espectáculos donde hay mucha muerte y destrucción como si fuera espada o guerra, pero donde nadie verdaderamente se muere. Es decir. Los actores y actrices que protagonizan tanta maldad, guerra destrucción ficticia y no real.  Esa es la realidad en la que vivimos. Si, y Dios escojera nuestros temores y nuestras mentiras, trayendo esas mismas cosas que vanagloriamos en el cine, estadio o la televisión y las hará nuestra mas espantosa realidad.  Porque asi escrito esta:



El valle de la Vision

Isaías 22:1

Profecía sobre el valle de la visión: ¿Qué tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados?


Isaías 22:5

Porque día es de alboroto, y de atropello y de confusión, de parte del Señor Jehová de los ejércitos, en el valle de la visión, para derribar el muro y clamar al monte.

·         Isaías 66:4

también yo escogeré sus escarnios y traeré sobre ellos lo que temen; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos y escogieron lo que a mí me desagrada.






No parece que esas dos escrituras dijeran mucho; y pareciera que mi interpretación de ellas esta fuera de lugar o incorrecta. Pero no soy el único que piensa igual. Un erudito Judio llamado Avrahan Gileadi, hizo una traducción, interpretación o disertación apocalíptica del libro de Isaías que indica lo siguiente tanto del capitulo 22 y 66 de Isaias como de todos los anteriores.

Según lo que yo entiendo sobre su aguzado análisis.  Podemos ver hoy dia que vivimos como en los juegos en la antigua roma que barrieron con las masas y causaron la caída de un imperio. Que en esa actitud de indolente idolatría y letárgico vivir,  el pueblo de Jehová una y otra vez ha sido agarrado con las manos en la masa.  Es decir con masivos espectáculos de entretenimientos irreales que apelan a los instintos más bajos de la humanidad y que al final de cuantas resultan en la muerte, la convulsión anárquica, y las protestas revolucionarias.  En otras palabras, las fantasías que nosotros creemos o que nos entretienen en las grandes pantallas, oráculos o arenas, se convierten en el modelo de nuestra propia y real destrucción. Todo esto ha llegado a ser un lugar común en las arenas de nuestro tiempo.  Porque es cuando estamos distraídos o dormidos que nuestros enemigos caen sobre nosotros, nos invaden, nos pisotean y nos destruyen como en una estampida.   

Y los exiliados gritos que la gente da en los estadios o cuando el deporte y el entretenimiento suben la adrenalina, se convierten en ecos de alarmantes alaridos de dolor y terror cuando la calamidad y la muerte entran por nuestras ventanas y tocan a nuestra puerta.  Y cuando eso sucede no hay nadie que escape.  Y entones, en medio del caos y la ruina que nos sobrevino,  ya no hay nada o queda nada por o para celebrar. Y todo esto porque el entretenimiento nos aparto de la realidad y no pudimos percatarnos de nuestra terrible situación hasta que el enemigo nos agarro por sorpresa.  Por lo tanto, después de haber sido bendecidos en todas las cosas por sobre todos los demás pueblos de la tierra,  ahora solo nos queda ruina y calamidad.  Esto trae casi siempre la inevitable lamentación del gran profeta.


Y no solo eso, sino que también, en esos momentos espantosos de muerte y destrucción, si cuando los vemos venir o presagiamos, en lugar de vestirnos de cilicio, o de lamentarnos y buscar a Dios con suplica de un corazón quebrantado y un espíritu contrito, nos entregamos a la perdición. Si hacemos grandes festejos, picniscs domingueros y parrandas. Si, se ponen a decir, comed, bebed y divertíos porque mañana moriremos.  Y al ver la caída de nuestros bellos hijos, he hijas y la destrucción de nuestras torres altas y el decaimiento de nuestras idolatradas ciudades, solo nos lamentamos, pero no para arrepentimiento como para cambiar de actitud y rectificar, sino que más bien que es el lamento de los condenados.  Y de entre todos ellos, los justos a duras penas escapan.


Y algunos de nosotros que hemos despertado y salido de la esclavitud del pecado y de la cueva de la ignorancia, amenudo somos ultrajados, censurados y echados fuera de las sinagogas o lugares de reunión por  predicarles la verdad. Si, una verdad que en contraste con sus delusiones y vida de libertinaje, les parece una película de otro planeta, de una época distante.   Para ellos los verdedors dicipulos de Cristo estamos locos, si desvariando o endemoniados, pero muy por dentro no dejan de aterrorizarse o de atormentarse por la posibilidad de la profesada o presagiada calamidad.   Y piensan y exclaman lo siguiente: Si, si hubieramos vivido en la epoca de nuestros padres, nosotros no hubiéramos rechazado, apedreado, hechado fuera y matado a los profetas como lo hicieron nuestros padres.  Y predican sus propias versiones de la Biblia en forma de Peliculas haceindo omision de los mandamientos de Dios, de la verdad, de la santidad de los profetas, negando la divinidad de DIos y hablando mal de las dignidades.  Y en lugar de ello, resaltando la concupiscencia de su idolatria, lujuria y lo negro de su maldad carnal, sensual y diabolica.  Ellos son los que quieren apartar a Dios del gobierno, del pais, y que no perturbe sus inmundad vidas. Y hasta dicen que no le temen al fuego del infierno.


  • 2 Timoteo 3:1

    Esto también debes saber: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.

  • 2 Pedro 2:10

    y principalmente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian la autoridad; atrevidos, obstinados, que no temen hablar mal de las potestades superiores,




Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin dominio propio, crueles, aborrecedores de lo bueno,  traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los deleites más que de Dios, teniendo apariencia de piedad, pero negando la eficacia de ella; a éstos evita.

Porque de éstos son los que se meten en las casas, y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, llevadas por diversas concupiscencias; que siempre están aprendiendo, pero nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.

2 Timoteo 3: 2-7


Como vemos, ellos, los doctores de la oscuridad, quienes forman combinaciones secretas de vandalismo y pillage, de mismos dan testimonio de la maldad de sus padres y eso no es todo, sino que son peores que ellos. Porque escrito esta.  


  • Judas 1:9

    Pero cuando el arcángel Miguel argumentaba con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.





 Pero éstos maldicen las cosas que no conocen; y en las cosas que por naturaleza conocen, como animales irracionales, se corrompen.

¡Ay de ellos!, porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la rebelión de Coré.
Éstos son manchas en vuestros convites fraternales cuando festejan juntamente con vosotros, apacentándose a sí mismos sin temor alguno; nubes sin agua, las cuales son llevadas de acá para allá por los vientos; árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; mfieras ondas del mar, que espuman sus mismas vergüenzas; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas.

De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, el Señor viene con sus muchos millares de santos,  para hacer juicio contra todos, y para reprender a todos los impíos de entre ellos tocante a todas sus obras de impiedad que han hecho impíamente, y tocante a todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.
Éstos son murmuradores, quejumbrosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla con arrogancia, adulando a las personas para sacar provecho.

Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, los que os decían: En los postreros tiempos habrá burladores que andarán según sus malvados deseos.


Éstos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.
Pero vosotros, oh amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, para vida eterna.  Y tened compasión de los que dudan.

Pero haced salvos a otros por temor, arrebatándolos del fuego; aborreciendo aun la ropa que se ha contaminado por su carne.


A aquel, pues, que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros irreprensibles delante de su gloria con gran alegría,al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sean la gloria y la majestad, el dominio y la potestad, ahora y por todos los siglos. Amén.

 Judas 1:10-25

Jesucristo mismo y el el profeta Samuel el laminita regañaron o censuraron a los inicuos o a sus contemporáneos entre ellos diciéndoles:




Lucas 11:47

 ¡Ay de vosotros!, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres.

Sí, ¡ay de este pueblo, a causa de este tiempo que ha llegado en que echáis fuera a los profetas, y os burláis de ellos, y les arrojáis piedras, y los matáis, y les hacéis toda suerte de iniquidades, así como lo hacían los de la antigüedad! Y ahora bien, cuando habláis, decís: Si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres de la antigüedad, no habríamos muerto a los profetas; no los hubiéramos apedreado ni echado fuera.


(Libro de Mormón | Helamán 13:24 - 25)





He aquí, sois peores que ellos; porque así como vive el Señor, si viene un profeta entre vosotros y os declara la palabra del Señor, la cual testifica de vuestros pecados e iniquidades, os irritáis con él, y lo echáis fuera y buscáis toda clase de maneras para destruirlo; sí, decís que es un profeta falso, que es un pecador y que es del diablo, porque testifica que vuestras obras son malas.

Helamán 13:24-26



Y si como en los tiempos de Cristo y de Samuel el Lamanita, entre otros es ahora.  Yo doy testimonio de que así es porque a mi me ha pasado.  Por más de siete años consecutivos o unos mil doscientos sesenta días contados,  he predicado el arrepentimiento a este pueblo, y no solo a este pueblo sino entre muchos pueblos entre todos los partidos, sectas y denominaciones.  Y desde entonces he sido ultrajado, censurado, me han sacado o echado fuera, me han llevado contra mi voluntad y con violencia a hospitales psiquiátricos y hasta la cárcel por declararles sus iniquidades, predicarles con lengua prestada el arrepentimiento y decirles con navaja alquilada hasta de lo que se van a morir si no enmiendan sus caminos.   Mis hermanos me han asechado y aun me asechan para ver si digo o escribo algo que les de motivo de excomulgarme o de echarme de entre ellos, pero no pueden porque saben que hablo con la autoridad de Dios el Padre y  que el me ha mandado.  Y porque aunque no soy el mas justo, mi rectitud excede a la de todos ellos.  Y pese a la persecución extrema que he vivido en cuerpo y en espiritu, yo sigo pastoreando  las ovejas de mi Señor, y Dios.

Pero, he notado últimamente, que el espíritu de Dios es escaso, como que ya no les quiere predicar mas porque han llegado el punto de no retorno.  Porque aunque tengamos comezón de oír, El profeta de Dios menguara, el ya no quiere abrir su boca, porque no hay oídos con fe para escuchar.  Es ahora cuando tendrán que escuchar de día y de noche los sermones del cielo.  Porque después de nuestro testimonio, viene la ira y la indignación sobre el pueblo.  Y de todo esto escrito esta:




Mateo 23:34

Por tanto, he aquí, yo os envío profetas, y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas y perseguiréis de ciudad en ciudad;


De cierto dais testimonio de que consentís en los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso, la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán, para que se demande de esta generación la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la fundación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación.

 ¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley!, porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis.

 Y diciéndoles estas cosas, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarle en gran manera y a provocarle a que hablase de muchas cosas,  acechándole y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle.

Lucas  11: 48-52




Y después de vuestro testimonio vienen la ira y la indignación sobre el pueblo.

Porque después de vuestro testimonio viene el testimonio de terremotos que causarán gemidos en el centro de la tierra, y los hombres caerán al suelo y no podrán permanecer en pie. Y también viene el testimonio de la voz de truenos, y la voz de relámpagos, y la voz de tempestades, y la voz de las olas del mar que se precipitan allende sus límites.

Y todas las cosas estarán en conmoción; y de cierto, desfallecerá el corazón de los hombres, porque el temor vendrá sobre todo pueblo. Y ángeles volarán por en medio del cielo, clamando en voz alta, tocando la trompeta de Dios, diciendo: Preparaos, preparaos, oh habitantes de la tierra, porque el juicio de nuestro Dios ha llegado. He aquí, el Esposo viene; salid a recibirlo.

(Doctrina y Convenios | Sección 88:88 - 92)



Y por último,  o para terminar la jornada de este DIA, como si fuera un ángel enviado y comisionado de lo alto, en preparación del camino del Señor, ahora le cedo el resto del tiempo a mi Dios quien, a quien vosotros también  vuestros padres aborrecieron y a quienes vosotros aun aborrecéis, porque El en su infinita bondad; y por esta, su voz de juicio y de amonestación y por esta, si, su Voz de Misericordia, el interactúa junto a mi en tiempo actual a favor de vosotros y de vuestros hijos y de toda la humanidad.  

Escuchadle ahora, porque también tiene algo inmediato que deciros.  Porque así dice el Señor que me imparte su palabra y a quien vosotros decís que amáis, pero solo de labios porque de corazón aun le aborrecéis:





Porque si yo, que soy hombre, alzo mi voz y os llamo al arrepentimiento, y me aborrecéis, ¿qué diréis cuando venga el día en que los truenos hagan oír sus voces desde los extremos de la tierra, hablando a los oídos de todos los vivientes, diciendo: Arrepentíos y preparaos para el gran día del Señor?

 Sí, ¿y cuando los relámpagos resplandezcan desde el este hasta el oeste, y llegue el clamor de sus voces a todos los vivientes, haciendo zumbar los oídos de todos los que oigan, diciendo: Arrepentíos, porque el gran día del Señor ha llegado?

Y además, el Señor emitirá su voz desde los cielos, diciendo: ¡Escuchad, oh naciones de la tierra, y oíd las palabras del Dios que os hizo!

¡Oh vosotras, naciones de la tierra, cuántas veces os hubiera juntado como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, mas no quisisteis!

¡Cuántas veces os he llamado por boca de mis siervos y por la ministración de ángeles, y por mi propia voz y por la de los truenos y la de los relámpagos y la de las tempestades; y por la voz de terremotos y de fuertes granizadas, y la de hambres y pestilencias de todas clases; y por el gran sonido de una trompeta, y por la voz del juicio y de la misericordia todo el día; y por la voz de gloria y de honra y la de las riquezas de la vida eterna, y os hubiera salvado con una salvación sempiterna, mas no quisisteis!

He aquí, ha llegado el día en que la copa de la ira de mi indignación está llena.

He aquí, en verdad os digo, que éstas son las palabras del Señor vuestro Dios.

(Doctrina y Convenios | Sección 43:21 - 27)


Estas cosas os dejo como testamento de mi pasión y ansiedad por el bienestar temporal y eterno de vuestras almas.  Escribo no de mi mismo, sino por el don y el poder de Dios que recibí de las manos de un Ángel y de un profeta para este propósito.  Con el propósito de persuadiros con influencia divina a venir a Cristo Jesús, si, el redentor del mundo,  en esta, su iglesia restaurada y ser salvos por medio de las ordenanzas y doctrina de salvación que se nos ha mandado a impartir y administrar tanto para vivos como para muertos.  Nosotros en la Iglesia de Jesucristo de los santos de los Últimos Días, deseamos vuestra completa felicidad y el verdadero éxito para vuestras almas.   




Y hemos sido comisionados por amonestación a que después que fuésemos amonestados amonestáramos a nuestro prójimo.  Porque no nos confórmanos con salvarnos a nosotros mismo y a nuestras familias, sino deseamos al salvación de todo el genero humano mientras exista el tiempo.  Y esta comisión yo la tomo sobre mi mismo, sin ser compelido, y sin llevar bolsa no alforja.  Porque no cobro ni comercializo con la palabra de Dios.   Y El espíritu de Dios me alimenta y me sostiene. Aunque la gran mayoría rechazan mi mensaje, una que otra persona es persuadida. Y el gozo de esa alma es el salario que da gozo a la mía y es el fuego que me impele a continuar.  Y nada hago de mi mismo, sino que toso lo hago como alguien que tiene autoridad, si para escribir, hablar y actuar en el Santo y Sagrado nombre de Jesucristo, amen.

Atentamente les ha servido un indigno siervo en las manos de Cristo.

Miguel Ángel Tinoco Rodríguez



¡Ay de vosotros!, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres.

Zion y Jerusalem,  Sabado 11 de Abril del 2015   Lucas 11:47   ¡Ay de vosotros!, que edificáis los sepulcros de los prof...